martes, 7 de febrero de 2012

El día D

Al contrario que aquel en el que se produjo el desembarco de Normandía, en mi personal día D se produce, en primer lugar, el embarque de mi mayor apoyo moral para todas mis aventuras. Jim acaba su permiso navideño y yo me quedo frente a frente de mi caja de preparados para empezar la dieta, mirándonos a los ojos, pensando  quién de las dos vencerá al final...

El primer día ha sido normalito, tirando a bueno incluso. Marc me hablaba del efecto Placebo, que hace que creamos obtener efectividad de un tratamiento inocuo, solamente por el efecto de la sugestión. Yo estoy totalmente chutada de placebo. Me siento ligera, y a medida que pasan las horas, más motivada que nunca.

Después del desayuno con un té solo y unas galletas proteinadas riquísimas con sabor a "flor de naranja" (suena bien ¿eh?) me he ido a trabajar pertrechada de sobres, tetrabrics, botellin, coctelera y mi hoja de instrucciones. Confieso que me he levantado con tiempo suficiente de la cama para no tener que ver a mis hijos desayunando cacao caliente, pan con mantequilla y unas deliciosas naranjas recién traídas por nuestro proveedor oficial desde Murcia. La envidia es un plato que se sirve a todas horas...

Una vez en el trabajo, me he encontrado en la disyuntiva de volverme (aún más) antisocial y no participar del cafelito de máquina, que es ya una institución en nuestro establecimiento, o arrostrar con confianza el temporal de preguntas sobre mi nueva bebida de pera con stracciatela.

Y como me conozco, y no soy un marinero valiente, he optado por fingir un trabajo indemorable para disfrutar en la soledad de la cocinilla de las pepitas de sucedáneo de chocolate de mi tentempié de media mañana, -mmmm-, sin dar explicaciones a nadie. ¡Rico!

Gracias a mi perfecta planificación del día, he sido capaz de escaparme al súper más cercano y me he comprado una ensalada verde envasada para comer, que he culminado con un postre de -redoble de tambores, por favor-: ¡arroz con leche! Esperaba algo mejor, pero cuando he alcanzado el nivel óptimo de cremosidad y dulzor añadiendo agua y aspartamo, me he conformado sin la oportuna canela. Nota personal: comprar un botecito y dejarlo en la cocinilla.

Me doy cuenta de que estoy tan pendiente de lo que tengo que comer y no, de los intervalos que pasan entre colación y colación, que no tengo tiempo de pasar hambre. ¡Muy bien, -me digo a mí misma-, esto marcha!

Los preparados son un elemento crítico. Hay que elegirlos bien, pues algunos parecen ricos hasta que los pruebas y te desilusionan, pero en general, son tolerables y muy variados. Y además yo tengo la gran ventaja de que como de todo, y todo me gusta, no pueden decir lo mismo otros cuyos comentarios he leído en los foros. ¡Pobrezucos!

Para cuando llego a casa, me siento cansada. En el coche, ya de regreso, estaba un poco espesa y por poco me paso mi salida de la autopista. Nada muy distinto de otros días, en los que trabajo muchas horas y no puedo casi ni comer. La diferencia es que no me he comido las gominolas del cajón ni la chocolatina de la gasolinera para recuperarme. Y además sigo estando ultrapendiente de mis sensaciones.

Ya en la cena me he puesto algo ansiosa. Tenía que preparar la de los niños y luego la mía (una buena ración de verdura cocida), pero no he tenido paciencia, y me he comido la ensalada del mediodía, que pensaba guardar para mañana. Cambio de planes, pero manteniendo el rumbo. Bien por mí.

Otra nota personal: Primero como yo y luego el resto, que ya son mayorcitos para esperar y/o ayudar a preparar su cena.

En la cama, mientras hablo con Jim por teléfono para ponernos al día, me doy cuenta de que el hambre reside en la cabeza.

Mañana será otro día.

2 comentarios:

  1. Menuda aventura Alicia....pero si sigues asi seguro que lo conseguiras....ya nos iras contando vale?? me alegro un monton de tu vuelta y de que comiences ya....a ver como te va todo, seguro que genial....un besazo y muchisima suerte guapa

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  2. Hola Alicia!

    veo que has tenido mucha fuerza en tu primer día, enhorabena! yo empece ayer y, por desgracia, se que lo peor está por venir porq suelo tener muy poca fuerza para contenerme.... pero lo intentaremos!

    un beso y animo!

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