jueves, 9 de febrero de 2012

Día D+1

O séase, segundo día a dieta.

Me levanto de la cama muy estupenda, con ganas de desayunar, como siempre, y menos ganas de trabajar, también dentro de la normalidad.

Me planto delante de mi té con polvitos que parecen -pero no son- leche, y el primer sorbo me sabe a hierro oxidado. -Mmm, qué raro- me digo a mí misma; sin embargo, el segundo sorbo está igual de malo.

Esto ya no es normal. Adoro el té con leche, lo hago perfecto, igual que Lady Grantham en los salones de Downton Abbey, y me tomo mi tiempo para degustarlo. Le soy más fiel a mi marca de té que al tinte de la peluquería, y aún así... no me está gustando.

Ni que decir tiene que renuncio a mi zumito (¡lo siento Coloraos!), mis tostadas con mantequilla y mermelada, pero a cambio me he hecho un pancake con mermelada que promete. Me tomo todo todito todo lo que me manda mi doctora. Estoy bien, me digo, no tengo hambre. No estoy lo que se dice satisfecha, pero me vale.

Lo cierto es que el combustible no me llega hasta la hora del almuerzo. No han pasado dos horas y estoy mirando al reloj para ver cuándo me puedo tomar la siguiente comida. ¡Paciencia!

A medida que el día pasa, me voy notando cada vez más floja, más cansada, y aunque he ido adelantando los horarios de comida un poquito (tengo margen entre 2 horas y media y 5 horas entre comidas), la verdad es que para la hora de la merienda me doy cuenta de que me concentro mal, me duele la cabeza, y me muero por cenar, aunque sean sólo las siete de la tarde.

Hoy sí que tengo que cenar en cuanto llego a casa. Suerte que tenía todo preparadito y he despachado un bol de ensalada aliñada con spray de vinagreta, -si a eso se le puede llamar aliñar-, y un plato de puré de verdura sabroso pero más aguado que la sopa del convento; ¡benditas patatitas, quién os pillara!

He sido obediente, y me he tomado mis cápsulas con un vaso de agua, y de postre, para culminar el día, ¡chocolate a la taza! No es como el que yo hago en casa para los chavales (y de paso, para mí), pero bien endulzado con mi aspartamo de cabecera, y calentito, entra muy bien.

... y para el dolor de cabeza: tortilla de ibuprofenos y ¡a la cama!

1 comentario:

  1. Hola ALicia!! veo que hoy no ha sido muy facil, pero bueno no tires la toalla.....un besazo y muchisima suerte y animos para mañana

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