martes, 22 de noviembre de 2011

Citas sin amor y amor sin citas

Para un anglosajón, sobre todo si es americano, una cita es la forma de llegar al amor de manera organizada.

El sábado cogí el coche y me fui al centro. Había quedado con Juan y con Marc para tomar algo y de paso pedir consejo.

Mi flamante cuñado llama la atención allá donde va. Al contrario que nosotros, él es alto, fuerte, moreno y muy, muy distinguido. Y lo mejor de todo es que te hace sentir maravillosa. Me permito coquetear con él incluso en presencia de Juan y de mi santo. Los que no nos conocen me miran con cierto rencor, como pensando ¿qué hace esa gorda con semejante macizo?

Pero Marc solo piensa en mi hermano y en su carrera, y hasta donde yo sé, tiene éxito con ambos. Sus pacientes están loquitas por él. Incluso se le han insinuado en la consulta. A veces nos reímos con estos chascarrillos, y me encanta la complicidad que hay entre los tres.

Quedamos en una terraza. Antes de pedir unas cañas yo ya había sacado mis análisis. Ellos me conocen bien y saben que soy muy aprensiva. Yo también lo sé, sin embargo, a menudo me cuesta controlarme. En esta ocasión me había cuidado mucho de contarles mis penas en casa, o me hubiera dado el histérico de nuevo.

Me tranquiliza un poco ver que Marc mantiene media sonrisa mientras hablo. Cortesmente espera a que termine y luego me explica lo que significa cada punto del informe. Conclusión: mi cuerpo no funciona bien porque está sobrecargado; eso puede causar enfermedades graves, incluso muy graves, si no cambio mis costumbres y corrijo mi peso especialmente.

Juan asiente y calla. Me reconforta saber que tengo en quien confiar cuando estoy preocupada, y se lo agradezco mentalmente.

Dos cañas sin alcohol y seis tapas después, hemos repasado mis opciones bastante al detalle. ¡Ya tengo plan! O, por lo menos, un proyecto.

Y a eso me estoy dedicando desde entonces.

Por la mañana: trabajo e investigación. Marc me aconseja que visite a varios especialistas en tratamientos de pérdida de peso, que sean médicos (por mis posibles patologías), y que compare los métodos, controles y precios de cada uno. Hecho.

Por la tarde, concertación de citas (sin amor). Hecho.

Todavía queda mucho para acabar de peinar el terreno. Me advierten que separe el polvo de la paja, y me doy cuenta que hay una enorme variedad de profesionales y pseudoespecialistas en la materia.

Entretanto, he de pensar en el modo de conseguir que mi familia, la que yo he formado, me eche una mano, pero no al cuello. Objetivo fijado: Jim y los niños. Esperando orden para disparar...

2 comentarios:

  1. Bueno, pues ya contarás como te van los inicios...

    Mi médico fue muy simple: "Si quieres adelgazar muévete más y come menos."

    Y con eso dio por zanjado el tema.

    Lo jodido es que tiene razón, joé.

    ResponderEliminar
  2. bueno, no es tan sencillo. Eso sí, la base, es QUERER.
    Todo aquello que deseas con sinceridad, se crea y se forma.
    animo!
    http://nutricionactiva.blogspot.com/

    ResponderEliminar

¡Comenta, comenta, no te quedes con las ganas!